La separación es una de las fórmulas que una pareja tiene para poner fin a su convivencia. Un juez autoriza a los cónyuges para que puedan vivir separados, pero esto no implica una ruptura del vínculo matrimonial. Para que se haga efectiva la disolución del matrimonio, o bien se produce un fallecimiento o un divorcio.
La legislación vigente establece que para solicitar la separación o el divorcio, basta con la voluntad de, al menos, uno de los cónyuges. Si se encuentra ante dicha circunstancia y desea poner fin a su matrimonio, tiene dos posibles fórmulas: la separación de hecho o la vía judicial.
Teniendo en cuenta la trascendencia del tema y la afectación emocional que puede causarle, es recomendable que consulte con un abogado experto en la materia para que le aconseje cuáles son los pasos más adecuados a seguir.
- La separación de hecho:
La separación de hecho es un acuerdo entre ambos miembros del matrimonio pero no es una situación reconocida por el ordenamiento jurídico.
Si no se realizan los trámites necesarios para una separación legal, todos los derechos del matrimonio siguen en vigor. Se mantiene, por ejemplo, el régimen económico matrimonial, por lo que, a pesar de que cada cónyuge haga su vida por separado, las actividades económicas que realicen pueden afectar a los bienes gananciales del matrimonio. Esto puede implicar que si uno de ellos contrae deudas, podrían incumbir al patrimonio que se ha generado durante el matrimonio y que es propiedad de ambos.
Incluso, si una de las personas que forman la pareja abandona el domicilio, y según lo previsto por el Artículo 226 del Código Penal, puede incurrir en un delito de abandono de familia.
- La separación judicial:
La separación judicial se hace efectiva mediante una sentencia judicial. Desde ese momento, cada una de las partes integrantes de la pareja tendrá plena libertad para dirigir su vida y su bienes. El único requisito que deberán cumplir los cónyuges para que uno o ambos puedan solicitar dicha separación es que hayan transcurrido tres meses desde la celebración del matrimonio.
Puede tramitarse por dos vías diferentes:
- De mutuo acuerdo:
Para efectuar la separación de mutuo acuerdo es necesario que la pareja aporte un convenio regulador, en el que se incluyan los términos acordados sobre la custodia de los hijos, el régimen de visitas, pensiones compensatorias, el uso de la vivienda, etc. El convenio deberá ser ratificado en un juzgado, por lo que la presencia de un procurador y un abogado son obligatorias.
Esta es la vía más rápida y económica, y también la menos traumática para el núcleo familiar porque no exige la celebración de un juicio.
- Contenciosa:
Este procedimiento sí que exige la celebración de una vista judicial. Será uno de los dos cónyuges el que presentará la demanda, que irá acompañada de una propuesta de convenio regulador, igual que en el caso de la separación de mutuo acuerdo. En este caso será un juez de familia el que acabará estableciendo el convenio regulador que regirá la separación.
La opción de la separación contenciosa es mucho más larga, complicada y con unos costes más elevados.
Si desea alguna aclaración o más información sobre alguno de los puntos aquí detallados, no dude en ponerse en contacto con Sanz Abogados.
El divorcio es la disolución definitiva del vínculo matrimonial que permite a los cónyuges la posibilidad de contraer otro matrimonio de nuevo. Igual que en el caso de la separación, puede solicitarse judicialmente de mutuo acuerdo o por vía contenciosa.
- De mutuo acuerdo:
Estando de acuerdo los dos miembros del matrimonio, pueden presentar una demanda de divorcio ante un juez familiar. La demanda puede entregarla uno de ellos, con el consentimiento del otro, o ambos, acompañada de un convenio regulador en el que se detallarán los acuerdos alcanzados sobre la custodia de los hijos, pensiones, uso del domicilio familiar, etc.
La opción del divorcio de mutuo acuerdo es la más rápida y económica para disolver la unión matrimonial.
- Vía contenciosa:
El divorcio contencioso lo solicita uno de los cónyuges sin el consentimiento del otro. Esta posibilidad es más larga y compleja, y va acompañada de unos costes económicos más altos. Además, en este caso no será necesario presentar un convenio regulador.
La disolución del vínculo matrimonial se obtendrá gracias a una sentencia judicial que pondrá fin al procedimiento.
Si requiere el asesoramiento de un abogado para que le aconseje sobre su proceso de divorcio, no dude en contactar con Sanz Abogados.